Beyonce inauguró su gira Cowboy Carter en California con una presentación monumental, donde la música, la narrativa política y la presencia de sus hijas Rumi y Blue Ivy conmovieron al público.

Beyoncé volvió a hacer historia. La artista dio inicio a su gira Cowboy Carter con un show memorable en el SoFi Stadium de Inglewood, California, donde no solo repasó su más reciente trabajo discográfico, sino que también dejó claro que sigue siendo una de las figuras más influyentes del entretenimiento mundial.

Durante casi tres horas, la intérprete ofreció un espectáculo con 36 canciones que combinaron su potente repertorio con una puesta en escena de alto impacto visual y emocional. Pantallas gigantes mostraban imágenes simbólicas: ataúdes cubiertos con la bandera estadounidense, mensajes como “La historia no se puede borrar”, y un corset que decía “Reclamación de América”, todo en sintonía con el espíritu provocador y contestatario de su nuevo álbum.

Uno de los momentos más conmovedores de la noche se produjo cuando Beyoncé invitó al escenario a su hija menor, Rumi, durante la interpretación de “PROTECTOR”. La artista cantó con ternura mientras sostenía a la pequeña de siete años entre sus brazos: “Y te guiaré por ese camino si pierdes el rumbo / Nacida para ser tu protectora”. La escena cerró con un abrazo familiar que también incluyó a Blue Ivy, la hija mayor de la cantante.

Blue Ivy no solo acompañó a su madre en ese emotivo instante, sino que también protagonizó dos de las actuaciones más vibrantes de la noche al sumarse en “America Has A Problem” y “Deja Vu”, en las que demostró su creciente seguridad sobre el escenario con pasos de baile propios.

El concierto también incluyó sorpresas como un cover del clásico “Blackbird” de The Beatles, en un segmento íntimo donde Beyoncé aprovechó para agradecer a su audiencia por la libertad artística que le han brindado: “Gracias por permitirme desafiarme a mí misma y crear este álbum con total libertad. El apoyo de ustedes significa el mundo para mí”, dijo ante miles de fanáticos.

La producción del show fue otro de los grandes protagonistas de la velada: un robot que le sirvió whisky, un vuelo en una herradura gigante y un toro mecánico como escenario móvil en la interpretación de “Tyrant” fueron solo algunas de las postales que los fans compartieron en redes sociales, generando tendencia inmediata.

La gira Cowboy Carter recorrerá Estados Unidos, Reino Unido y Europa, consolidando a Beyoncé como una artista que no solo reinventa su sonido en cada etapa, sino que también transforma sus conciertos en verdaderas experiencias multisensoriales.

Con una mezcla de emoción familiar, crítica social y despliegue escénico impecable, Beyoncé dio el puntapié inicial a un tour que promete marcar el año musical. La presencia de sus hijas, especialmente de la pequeña Rumi en su debut escénico, convirtió la noche en una celebración tanto artística como personal. Cowboy Carter no es solo un álbum ni una gira: es una declaración poderosa sobre identidad, legado y libertad creativa.