El cantante que conquistó el verano de 2007 con Beautiful Girls vive hoy una realidad muy distinta.

Sean Kingston, cuyo nombre real es Kisean Paul Anderson, fue sentenciado a 42 meses de prisión tras ser hallado culpable de un fraude millonario en el que también estuvo implicada su madre, Janice Turner.

Según la fiscalía de Florida, entre 2023 y 2024 madre e hijo diseñaron un plan para obtener artículos de lujo —desde un Cadillac blindado hasta relojes de alta gama y un televisor de 232 pulgadas— utilizando la fama del artista como garantía. Convencían a los proveedores con promesas de promoción y contactos con celebridades, pero los pagos nunca se realizaban: enviaban transferencias falsas como prueba y desaparecían con los productos.

El jurado determinó que se trataba de un esquema repetido que dejó múltiples víctimas. Mientras la madre del cantante recibió cinco años de cárcel, Kingston deberá cumplir 3 años y medio, además de devolver parte del dinero estafado una vez en libertad. Un giro amargo para quien alguna vez sonó en todo el mundo con un himno juvenil y hoy ve su carrera marcada por un escándalo judicial.