El británico deja atrás la melancolía y apuesta por un sonido lleno de color y energía.

 

Tras el tono íntimo y doloroso de Subtract, Ed Sheeran presenta PLAY, su octavo álbum de estudio. En este nuevo trabajo, el músico abraza la luz y la alegría, inspirado por sus viajes alrededor del mundo y por su propia vida familiar. Canciones como Azizam, Sapphire o Symmetry muestran ese espíritu vibrante, con un pop luminoso que combina optimismo y reflexión.

Con PLAY, Sheeran inaugura una serie de discos temáticos —Pause, Rewind, Fast Forward y Stop—, aunque en este primer capítulo se deja llevar sin planes rígidos. Habla del amor con su esposa Cherry Seaborn, de la paternidad y de la importancia de disfrutar los momentos cotidianos. Entre nostalgia y celebración, el álbum refleja a un artista que, lejos de encasillarse, vuelve a encontrar la chispa de la diversión en la música.