El cantante estadounidense Teddy Swims se robó el show durante la gran final de la NRL en Sidney, Australia.

 Lo que prometía ser una noche dedicada al rugby terminó convirtiéndose en un momento musical inolvidable, cuando su voz poderosa y llena de emoción conquistó a miles de espectadores antes del inicio del partido.

Con su estilo inconfundible —una falda escocesa, chaqueta de cuero con detalles de leopardo y su carisma natural—, Teddy interpretó sus éxitos Bad Dreams y The Door, contagiando al público con su energía y talento. Pero el punto más alto llegó cuando sorprendió con una versión de TNT de AC/DC, seguida de su éxito mundial Lose Control, logrando que el estadio entero coreara su nombre.

Más allá del espectáculo, Teddy Swims dejó claro por qué se ha convertido en uno de los artistas más auténticos y admirados del momento. Su presentación en la NRL fue mucho más que una actuación: fue una muestra de pasión, entrega y superación, recordándonos que el verdadero poder de la música está en emocionar.