Este 23 de julio se cumplen 14 años desde que el mundo perdió a Amy Winehouse.

Con solo dos álbumes en vida, la artista británica dejó una marca imborrable en la música y en quienes encontraron en sus canciones un refugio emocional.

Amy era una mezcla única de talento, fragilidad y rebeldía. Su disco Back To Black la convirtió en una leyenda viva con hits como Rehab y Love Is a Losing Game, piezas donde no solo cantaba, sino que desnudaba su alma. Con su voz rasgada, letras honestas y una vida expuesta a los excesos, Amy se convirtió en símbolo de una generación que entendió que el dolor también puede sonar hermoso.

Hoy, su legado sigue más vivo que nunca: millones escuchan su música a diario, y su figura se mantiene vigente, no solo como ícono de estilo o de tragedia, sino como una artista que no fingía. Amy no fue perfecta, pero fue real. Y eso, en la música, es eterno.