La cantante amenaza con acciones legales mientras la campaña de Trump se enfrenta a otra controversia por derechos de autor

Una vez más, la campaña presidencial de Donald Trump se encuentra en el centro de una polémica por el uso indebido de música sin permiso. En esta ocasión, es Beyoncé, la icónica artista pop, quien ha mostrado su descontento al descubrir que su canción "Freedom" fue utilizada en un video promocional sin su autorización. Este incidente ha sumado a Trump a una larga lista de artistas que han tomado acciones legales contra el exmandatario por infringir los derechos de autor de sus canciones.

El conflicto surgió cuando Steven Cheung, portavoz de Trump, publicó un video en la red social X (anteriormente conocida como Twitter), donde se podía ver al candidato bajando de un avión mientras sonaba de fondo la canción "Freedom" de Beyoncé. Al percatarse de esto, la discográfica de la artista emitió una carta de cese y desistimiento dirigida a la campaña de Trump, exigiendo la retirada inmediata del video de todas las plataformas.

La situación no ha pasado desapercibida, y medios como Rolling Stone han reportado que Beyoncé está considerando tomar acciones legales más contundentes si el uso indebido de su música continúa. Lo irónico del caso es que, días después del incidente, la cantante aprobó "Freedom" como himno de campaña para Kamala Harris, la actual vicepresidenta de Estados Unidos, reforzando su postura en contra del uso de su música por parte de Trump.

Este no es un caso aislado en la historia reciente de Trump, quien ha sido acusado en múltiples ocasiones por otros artistas como Tom Petty, Neil Young, y The Rolling Stones, entre otros, por el uso no autorizado de sus canciones en eventos de campaña. Incluso la leyenda del soul, Isaac Hayes, presentó 134 cargos de infracción de derechos de autor contra Trump por este mismo motivo.

Recientemente, tanto Céline Dion como el artista francés Woodkid también han denunciado a la campaña de Trump por apropiarse de sus canciones sin permiso, lo que ha provocado una nueva ola de críticas hacia el exmandatario y su equipo.

La controversia en torno al uso de "My Heart Will Go On" de Céline Dion fue especialmente destacada, con la artista y su equipo expresando su asombro ante la falta de consideración de la campaña de Trump, comparando la situación con un barco que se hunde bajo el peso de su propia ignorancia.

Este último conflicto con Beyoncé subraya la tensión constante entre Trump y la industria musical, donde los artistas buscan proteger sus derechos y controlar cómo y dónde se utiliza su trabajo.