El divorcio entre Sia y su aún esposo, el oncólogo Daniel Bernard, se ha convertido en todo un escándalo legal.

 El médico, que dejó de ejercer en 2021 para trabajar junto a la artista, ha solicitado una manutención mensual superior a 200.000 euros, además de 300.000 dólares para cubrir gastos legales y 200.000 más destinados a auditorías contables.

Bernard asegura que durante su matrimonio mantenían un estilo de vida de lujo, con gastos que superaban los 400.000 dólares mensuales, entre viajes en jet privado, cenas exclusivas y vacaciones. También afirma que desde la separación, Sia dejó de invertir en su clínica Modern Medicine, un negocio conjunto que ofrecía tratamientos con ketamina. Sin ingresos desde marzo, el médico dice depender completamente de la cantante y exige que le devuelva más de 100.000 dólares que gastó en el alquiler de su nueva casa.

Mientras tanto, Sia —que recientemente reveló sufrir una enfermedad neurológica— no ha pedido pensión alguna, pero sí la custodia legal y física de su hijo, Somersault Wonder Bernard, permitiendo visitas al padre bajo acuerdo. Este sería el segundo divorcio de la intérprete de Chandelier, madre además de dos hijos adoptivos desde 2019.