El mundo del cine despide a Robert Redford, una de las figuras más queridas de Hollywood, que murió a los 89 años.

Dueño de un carisma que lo convirtió en estrella en películas como Butch Cassidy and the Sundance Kid o All the President’s Men, Redford supo trascender su imagen de galán para dejar una huella más profunda como director, productor y activista.

En 1981 ganó el Oscar a Mejor Director por Ordinary People, y en 2002 recibió un galardón honorario por su aporte a la industria con el Instituto Sundance, cuna del cine independiente que impulsó a nuevas generaciones de creadores. También fue nominado en varias ocasiones como actor y director, demostrando su versatilidad dentro y fuera de la pantalla.

Más allá del cine, Redford dedicó gran parte de su vida a causas ambientales. Desde su casa en las montañas de Utah lideró proyectos para proteger la naturaleza del oeste de Estados Unidos. Hoy se le recuerda no solo como una leyenda del séptimo arte, sino como un hombre comprometido con el arte, la libertad creativa y la defensa del planeta.