Un 6 de julio de 1972, David Bowie apareció en Top of the Pops cantando “Starman” y cambió para siempre la historia del pop británico.

 Vestido con un traje psicodélico, maquillaje glam y actitud desafiante, logró que millones se sintieran vistos por primera vez desde una pantalla.

Aunque el single había salido meses antes, fue esa presentación la que lo catapultó. En solo tres minutos y medio, Bowie rompió con los estereotipos de género, abrazó lo excéntrico y creó un momento televisivo inolvidable. Su gesto de apoyar el brazo en Mick Ronson fue todo un escándalo... y una revolución.

Cincuenta y tres años después, ese “Starman” sigue brillando. No solo por su música, sino por lo que representó: una nueva forma de habitar el arte, de expresarse y de sentirse libre. Un mensaje que aún resuena en quienes se atreven a ser diferentes.