La inolvidable Amy Winehouse dejó una huella imborrable en la música, pero su vida estuvo marcada por el talento, la lucha y una despedida prematura que aún resuena entre sus seguidores.

La historia de Amy Winehouse es tan brillante como trágica. Con una voz única y un estilo inconfundible, la cantante británica se convirtió en una de las artistas más influyentes de su generación. Sin embargo, su carrera se vio interrumpida abruptamente el 23 de julio de 2011, cuando falleció a la edad de 27 años. Aunque su legado quedó plasmado en sus dos álbumes de estudio, Frank (2003) y Back to Black (2006), la artista trabajaba en un tercer disco al momento de su muerte. Esto ha llevado a muchos a preguntarse: ¿cuál fue la última canción que grabó Amy Winehouse?

Las canciones que quedaron inconclusas

En una entrevista con NME en julio de 2010, Amy adelantó que su nuevo álbum estaba en camino y que "se lanzaría en seis meses como máximo", describiéndolo como un trabajo con un sonido similar a Back to Black. No obstante, la fecha prevista pasó sin novedades y su esperado tercer álbum nunca llegó a ver la luz.

El productor Salaam Remi, quien había trabajado con Amy desde 2008, reveló que solo dos canciones se lograron completar antes de su fallecimiento. Una de ellas fue "Between the Cheats", inspirada en su relación con Blake Fielder-Civil, que contenía la intensa frase: "Moriría antes de divorciarme de ti".

La otra fue "Like Smoke", en la que participó el rapero neoyorquino Nas, un amigo cercano de Winehouse. Sin embargo, la colaboración adquirió un tono aún más melancólico, ya que la parte de Nas fue grabada después del fallecimiento de Amy. Su letra incluyó un homenaje desgarrador: "Estoy en Londres, Camden / Buscando respuestas, ¿por qué Dios se llevó al colega?".

Ambos temas fueron lanzados como parte del álbum póstumo "Lioness: Hidden Treasures", una recopilación de grabaciones inéditas que se publicó el 2 de diciembre de 2011.

Body and Soul: el último registro de su voz

Entre las canciones incluidas en Lioness: Hidden Treasures, hubo una que destacó por ser la última grabación oficial de Amy Winehouse: Body and Soul, un dueto con el legendario Tony Bennett.

El tema, un clásico del jazz, fue grabado en marzo de 2011 en los icónicos estudios Abbey Road de Londres. Para Amy, cantar junto a uno de sus grandes ídolos fue un momento cumbre en su carrera. Bennett, por su parte, elogió su talento y lamentó profundamente su partida, recordándola como "una de las mejores vocalistas que el jazz ha tenido".

Un legado que perdura

A más de una década de su muerte, la música de Amy Winehouse sigue resonando con la misma intensidad. Su voz, su estilo y sus letras honestas han convertido su legado en algo eterno. Aunque su historia terminó demasiado pronto, su arte sigue siendo una inspiración para nuevas generaciones de artistas y fanáticos.

Amy se fue, pero su voz jamás será silenciada.