Madonna cautivó a una multitud estimada en 1,5 millones de espectadores en su histórico concierto gratuito en la playa de Copacabana de Río de Janeiro.

La reina del pop abrió el espectáculo con su éxito 'Nothing Really Matters' (1998), marcando el inicio de una noche inolvidable.

Madonna, la indiscutible reina mundial del pop, hizo su entrada triunfal en un escenario de 812 metros cuadrados montado en la emblemática playa de Copacabana. Vestida con un quimono negro sobre prendas oscuras, fue recibida con una ovación de sus fervientes admiradores, algunos de los cuales esperaron durante casi doce horas para asegurarse un lugar cercano al escenario.

El encargado de presentar el espectáculo fue Bob The Drag Queen, quien interpretó 'It's a Celebration' vestido como la reina María Antonieta, en un guiño a la vestimenta utilizada por Madonna en los Premios MTV de 1990 para su presentación de "Vogue".

El concierto, que comenzó con una hora de retraso a las 22:36 hora local, contó con una actuación previa del pinchadiscos estadounidense Diplo, quien animó al público con una selección de clásicos del funk, el género nacido en las favelas de Río de Janeiro.

Madonna cerró su gira de conmemoración de sus 40 años de carrera, titulada 'Celebration Tour', con este concierto en Copacabana. Durante el espectáculo, repasó todos sus éxitos, desde 'Like a Virgin' hasta 'La isla bonita', cautivando a la audiencia con su energía y carisma característicos.

Este concierto es histórico para Madonna, ya que nunca antes había actuado para una multitud tan numerosa. Con una asistencia estimada en 1,5 millones de personas, la estadounidense podría superar la marca establecida por los Rolling Stones en febrero de 2006, cuando atrajeron a una audiencia similar también en la playa de Copacabana.

La masiva movilización provocada por el concierto de Madonna obligó a las autoridades a cerrar todos los accesos al barrio de Copacabana para vehículos varias horas antes del espectáculo y a montar una infraestructura similar a la utilizada en las fiestas de Reveillon, demostrando el impacto cultural y el poder de convocatoria de la legendaria cantante.

El concierto de Madonna en Copacabana quedará grabado en la historia como un evento inolvidable que reunió a una multitud de seguidores de todas partes del mundo. Con su energía y su música, la reina del pop demostró una vez más por qué es una de las artistas más influyentes de todos los tiempos, dejando un legado imborrable en la música y la cultura pop.